ER Diario
04/04/2024

La eterna deuda externa

El historiador Alejandro Olmos Gaona estimó que la mayor parte de la deuda, alrededor de un 85-90%, es espuria. Entrevista en Malos Perdedores.

Este jueves 4 de abril, a partir de las 20 en el salón de AGMER Paraná (Laprida 136), el historiador, Alejandro Olmos Gaona, dará una charla abierta denominada “La deuda externa, la ilegalidad y la actual destrucción del Estado de Derecho”, organizada por el Centro de Estudios Políticos y Sociales Agustín Tosco.

Durante una entrevista con el programa Malos Perdedores (Radio Costa Paraná – 88.1), Olmos Gaona reflexionó sobre la eterna deuda externa, acaso el mayor problema que atraviesa nuestro país desde hace décadas. “De la única deuda que se habla últimamente es de la del Fondo Monetario Internacional, que es apenas el 10% de la deuda total dad que la Argentina, en este momento, tiene una deuda pública de 400.000 millones de dólares y la deuda con el Fondo es de 43.000 millones”, señaló Olmos Gaona. Admitió, en este sentido, que “suena mucho lo del Fondo”, pero advirtió que “no se habla de lo demás”.

El historiador remarcó que “entre las tantas mentiras que proclama este Gobierno y que los medios obsecuentes guardan silencio, es que el mes pasado se celebró grandemente que el Gobierno haya tenido un superávit financiero de 518.000 millones de pesos. Esos 518.000 millones de pesos equivalen a 456 millones de dólares. Claro, primero no se dijo a costa de qué se obtuvo, de gastos que tenían que pagarse y no se pagaron, licuación de jubilaciones y salarios, etc. Pero más allá de eso, lo curioso es que se habló de ese ahorro supuesto de 456 millones de dólares y no se dijo una palabra de que la deuda creció en enero 10.662 millones de dólares, en febrero 5.800 millones de dólares y que hace dos semanas y media el ministro Luis Caputo emitió dos bonos, uno con vencimiento en 2025 por 6.000 millones de dólares más y otro con vencimiento en 2026 con otros 6.000 millones de dólares más. Entonces se muestra una cosa y se oculta la fundamental”.

Olmos Gaona, asimismo, recordó que la Argentina “nunca hizo una auditoría de la deuda” y cuestionó al Congreso Nacional porque “en los últimos 40 años jamás quiso ocuparse” del tema, por lo cual tiene “una enorme responsabilidad·.

Mientras, en la Justicia Federal, “a través no sólo del juicio que inició mi padre (Alejandro Olmos), sino de lo que yo continué, con las investigaciones que hizo el fiscal Federico Delgado en su momento, quedó absolutamente probado que la deuda de hoy es la consecuencia de la deuda de la dictadura, permanentemente reciclada”.

 

Sobre por qué no se habla de la deuda en términos reales, Olmos Gaona aseguró que obedece a que “la mitad de la deuda que dejó la dictadura era de empresas privadas –las más importantes del país en su momento–, y una enorme cantidad de ellas están funcionando”.

Esa deuda, agregó, en 1984 era de 23.000 millones de dólares, y ese dinero actualizado, estimó, son 156.080 millones de dólares. “Por eso no se habla de esto, porque las empresas privadas tendrían que dar la cara respecto a lo que hicieron y por qué le transfirieron al pueblo argentino una deuda que mayormente era ficticia”, enfatizó, al tiempo que recordó que cuando asumió Raúl Alfonsín “su primer ministro de Economía (Bernardo Grinspun) ordenó hacer una auditoría a la deuda en el Banco Central, y al año y medio tuvo que irse y la investigación la archivaron porque mostraba precisamente los fraudes de las grandes empresas nacionales y extranjeras que se habían visto beneficiados con estas operaciones”.

– ¿Es una decisión política auditar una deuda?

– Creo que es una decisión política. Les voy a dar un ejemplo: cuando yo fui auditor de la deuda ecuatoriana, el presidente del Ecuador decidió auditar la deuda porque las organizaciones sociales le habían exigido eso, diciendo que había que pagar la deuda que correspondiera pagar, no operaciones fraudulentas como se suponía que había, y ahí se hizo una auditoría. En la Argentina se podría haber hecho lo mismo, pero nunca se quiso hacer, y la razón es que nunca se quiso hacer porque cuando se fue la dictadura militar, el gobierno radical aceptó la legalidad supuesta de esa deuda. Después todos los demás gobiernos de los dos partidos mayoritarios volvieron a tratar de legitimar esto.

Muchos dicen que esto ya no se puede discutir porque a través de las leyes de presupuesto se han legalizado todas las operaciones anteriores. Y esto tiene que ver con lo que un gran jurista argentino, Carlos Nino, hablaba de un país al margen de la ley. No se puede legitimar lo que es un fraude, no se puede legitimar lo que es nulo de nulidad absoluta, pero los sucesivos gobiernos lo han hecho y así estamos”.

– ¿Qué proceso observa usted que podría ser razonablemente viable para hacer una observación de la deuda?

– En este momento, con las nuevas autoridades, no hay ninguna viabilidad, por la sencilla razón de que el ministro de Economía (Luis Caputo) es un endeudador serial. Él fue uno de los autores que comenzó el endeudamiento durante la gestión de (Mauricio) Macri, cuando era ministro de Finanzas, fue el que firmó el bono a 100 años, el que firmó el stand by con el Fondo Monetario en 2018, fue el Ministro que emitió un bono y se benefició con ese bono a través de la compra por medio de unas empresas offshore que tenía, ese tipo de obligaciones. Y esto no es porque lo diga Alejandro Olmos, es porque lo investigó la Justicia Federal y precisamente el fiscal Federico Delgado lo imputó penalmente a Caputo por haber comprado bonos y haberlos emitido por un lado y comprado por el otro. También el actual presidente del Banco Central, Santiago Bausili.

Entonces, claro, con este tipo de gente que responde al poder financiero, que no les interesa que estas cosas se aclaren porque se verían claramente involucrados, es absolutamente imposible que haya algún tipo de solución.

– ¿Tiene alguna aproximación, al menos, de cuánto de la deuda es razonable o legal y cuánto lisa y llanamente ilegal?

– Un gran economista, Alfredo Calcagno, que murió en enero pasado, decía que la deuda a fines del 80 se había pagado en su totalidad.

Yo diría que la mayor parte de la deuda, alrededor de un 85-90% es espuria y lo que es reconocible son préstamos del Banco Mundial que se han emitido para programas específicos o del Banco Interamericano de Desarrollo, o sea, de organizaciones internacionales.

Pero todo lo que es la deuda con los bancos privados y con el sistema financiero es deuda totalmente espuria y simplemente es reciclaje de la vieja deuda. Y le voy a dar un ejemplo: la deuda de la dictadura fue reciclada en parte durante la gestión de Alfonsín. Cuando vino Carlos Menem, esa deuda se volvió a reciclar a través del Plan Brady. Y esa deuda reciclada a través del Plan Brady siguió refinanciándose. Cuando vino Fernando de la Rúa, en 2000, volvió a refinanciar la deuda y todo lo que eran vencimientos a corto plazo lo sustituyó por vencimientos a largo plazo a través del famoso megacanje que hizo en 2001 siendo ministro Domingo Cavallo, con tasas de intereses comunales. Néstor Kirchner hizo una reestructuración de la deuda en 2005 donde bajó la externa pero subió la interna y la deuda siguió, siguió, siguió. Y la prueba fundamental es que una deuda que dejó la dictadura de 45 mil millones de dólares se pagaron durante 40 años 400 mil millones y hoy seguimos debiendo esa cifra. ¿Por qué? Porque los intereses que no se pagan se acumulan por anatocismo, entonces es una especie de reciclaje permanente y como nunca se quisieron transparentar las cuentas públicas, como nunca se quiso investigar nada, entonces los gobiernos se limitan a refinanciar, como lo hizo el ministro Martín Guzmán en 2020 con los fondos de inversión.

 

El caso Ecuador

– ¿Hay ejemplos en donde un país pueda haber hecho planteos similares y hayan tenido viabilidad?

– Cuando a veces nos dicen que esto es imposible, yo siempre pongo el ejemplo de Ecuador. ¿Por qué? Porque Ecuador es un país 12 veces más chico que la Argentina, exporta nada más que camarones, petróleo, bananas, y, a pesar de eso, cuando se hizo la auditoría, pudo enfrentar a los acreedores. Y los pudo enfrentar porque no es lo mismo decirles, miren, no les voy a pagar, y punto, que no es argumento, sino decirles, no les voy a pagar porque acá tengo una serie de elementos concretos que ponen en evidencia que ustedes han obrado de manera fraudulenta.

Eso lo hizo Ecuador cuando decidió impugnar los créditos y pensaba que iba a contar con el apoyo de todos los países latinoamericanos. En rigor, yo lo acompañé a (el presidente Rafael)  Correa a una reunión con Hugo Chávez, Evo Morales, y una serie de expresidentes. No hubo ningún apoyo a esta impugnación. Entonces, hizo lo que pudo. Ese hacer lo que pudo determinó que la deuda comercial dejara de pagarla en un 70% y pagara el resto de la manera que pudo.

Entonces, cuando uno ve que un país con muchas limitaciones, con todos los bancos enfrentados, y con un medio ambiente que no ayudaba, pudo hacer eso, ¿por qué no podría ser la Argentina, que es un país que tiene otra estructura económica y tiene otro poderío?

Pero, claro, aquí el problema es que tenemos metido el no se puede, y bueno, seguiremos refinanciando, seguiremos emitiendo bonos.

Fuente: Radio Costa Paraná – Entre Ríos Diario