ER Diario
01/05/2024

El gobierno de Milei en la mirada de Diego Gantus

Entrevista en Malos Perdedores al profesor de Ciencia Política en la Facultad de Trabajo Social de UNER.

“El cambio cultural es algo que cuando ocurre, ocurre en el largo plazo, y apostar a eso me parece que es apostar a perdedor. Hay que apostar a los resultados. Si se consiguen resultados, a lo mejor, esos resultados pavimentan el camino del cambio cultural, que es algo más o menos parecido a una quimera”.

La reflexión pertenece a Diego Gantus, profesor de la carrera de Ciencia Política de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), quien, durante entrevista con el programa Malos Perdedores (Radio Costa Paraná – 88.1), habló del fenómeno Milei, de su gobierno, y, sobre todo, de la batalla cultural.

– ¿Dentro de 10 años, si continúa el plan anarcocapitalista, vamos a estar ante una situación muy distinta a la que tenemos hoy o a la que teníamos en 2023?

La pregunta es buena. Creo que en 2011 se inició un ciclo en la política argentina que fue inédito y suponía la alternancia del peronismo y del no peronismo en una lógica en la que si no hacés bien las cosas te vas a tu casa, algo que no siempre ocurrió en nuestro país.

Y, entonces, me parece que no solamente nos costó ver a Milei –a los cientistas sociales siempre nos cuesta dimensionar lo nuevo– sino que Milei, además, vino a romper ese ciclo de alternancia de tres gestiones en las que se sucedieron presidentes que no hicieron bien las cosas y tuvieron que irse a su casa.

Ahora bien, qué posibilidades hay de que efectivamente haya una transformación profunda del sistema político argentino, del Estado argentino y de las reglas que ordenan el juego político, social y económico en nuestro país, es algo que yo todavía sigo sin ver.

Quizás podemos ver el proceso económico de la dictadura de Martínez de Hoz o el menemismo, como momentos en donde se alteraron reglas económicas, pero siguió operando ese famoso péndulo de gobiernos populistas y gobiernos más de derechas.

 

La comparación con el PRO

Gantus aportó “un dato que, a lo mejor, sea una sutileza para quienes no se dedican a lo que yo me dedico, pero es bien ilustrativo de lo que quiero señalar: en 2017 el único partido que compitió en los 24 distritos en nuestro país fue el PRO. Y hoy estamos discutiendo si el PRO va a seguir teniendo existencia efectiva” ante la irrupción de La Libertad Avanza. “Lo que digo es: esos picos, esos énfasis, que parecen que vinieron a llevarse todo, a lo mejor poco tiempo después terminan no teniendo tanta influencia”, remarcó.

El politólogo, además, recordó que en diciembre de 2015 se presentó una publicación digital que se llamaba El Estado del Estado. “Era una suerte de ejercicio, con lo polémico que siempre son esos ejercicios de cifras, trayectorias y tendencias, en el que el PRO, o Cambiemos en aquel entonces, se proponía denunciar con pelos y señales la herencia recibida en todos los ámbitos, en todas las dimensiones del Estado. Y nos consta que un sector liderado por Jaime Durán Barba, que integraba al actual gobernador de Entre Ríos (Rogelio Frigerio) y que tenía entre sus filas a Marcos Peña y a algunos de los referentes del radicalismo, dijeron ‘si empezamos de esta manera no solamente vamos a encontrar más piedras en el camino para hacer las cosas que queremos hacer sino que además vamos a teñir el humor social que acompaña el cambio y no nos coinviene’. Esa era la recomendación de Durán Barba y Cambiemos hizo efectivamente eso”.

“La decisión de haber hecho en aquel entonces algo muy parecido a lo que está haciendo Javier Milei, tal vez, no hubiese sido descabellado. Pero en aquel entonces prevaleció la vocación por tener un gobierno con menos obstáculos en los primeros años, poder mostrar resultados y poder construir una sucesión”, argumentó Gantus, y subrayó: “La principal diferencia es que hoy no pareciera ser eso una preocupación del Presidente y creo que está convencido de que va a poder producir un cambio cultural que le dé sostenibilidad, soporte, a la transformación profunda que pareciera estar implícita tanto en el DNU 70/23 como en la original Ley de Bases. Y creo que no va a poder concretar todo eso, por esa razón soy todavía algo reacio a dar por sentado que va a poder lograr las cosas que se propone, que va a poder producir ese cambio que le dé soporte para transformar el sistema político argentino como algunos ya pronostican”.

“En democracia, y en el marco institucional republicano, el juego es muy sencillo, se puede comprar tiempo y expectativas durante algún plazo, pero todos los Presidentes han sido juzgados por sus resultados, y sus resultados se definen cada dos años, ni siquiera cada cuatro”·, agregó.

 

La batalla cultural

La batalla cultural, según Gantus, es parte del problema que han tenido los gobiernos anteriores. “Hace 20 años que se dan las batallas culturales, cuando te acompañan los resultados la cosa funciona de una manera, pero cuando sólo tenés batalla cultural para ofrecer, la gente dice ‘me estás chamuyando’. Si los resultados no acompañan, la batalla cultural no te lleva a ningún lado. En todo caso, hace más evidente que el rey está desnudo.

– ¿Cuáles son los tópicos de la batalla cultural que deberían cambiar?

 

Argentina lleva dos generaciones –a lo mejor son tres– que no aciertan con tres o cuatro acuerdos básicos sobre cuál es nuestro modelo de desarrollo.

Hacer que el Estado cumpla debiera ser para mí la promesa central de este momento. (El presidente de Uruguay, Luis) Lacalle Pou –en la misma cena de la Fundación Libertad, en Rosario, donde habló el presidente Milei y se mofó de sus colegas– hizo un ejercicio mucho más propio de un líder, en el sentido de plantear que para que el efectivo respeto de las libertades pueda tener lugar, eso viene de la mano de un Estado fuerte.

Un modelo de desarrollo económico y social es todavía hoy una materia pendiente en Argentina, pero es ese modelo el que compensará las desigualdades que todo mercado genera en su desenvolvimiento.

El que me invite a una batalla cultural en torno de esas dos promesas cuenta conmigo. Todo lo demás es entretenimiento mientras los resultados van llegando. Bueno… los resultados no van llegando.

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