Una gestión local, la de Paraná, signada por la motosierra de Javier Milei. Desafíos de gestión y políticos.

Por Exequiel Flesler
Como la Administración Frigerio, la que encabeza Rosario Romero también está signada por la carestía de recursos fruto de la motosierra paleolibertaria que sin sensatez ni sensibilidad ejecuta Javier Milei. A esto se suma que, como correlato, el gobierno provincial también retacea recursos para abajo. Así, la intendenta de Paraná capitanea un gobierno local, el de la capital de Entre Ríos, ni más ni menos, haciendo gala de una frase que usó cuando asumió y que repite desde entonces: “hacer mucho con poco” para lograr “un Estado facilitador”.
Esa frase, que ya es consigna de gobierno y que cada funcionario debió hacer suya aunque sea a regañadientes (sobre todo la primera de ellas: “hacer mucho con poco”), deberá seguir acompañando a la gestión a pesar de los deseos mismos del gobierno. Por otro lado, debe decirse, el enunciado matchea bien con la consigna del momento: “No hay plata”. Es la realidad, no es lo que se desea ni lo que se prefiere. Y, se sabe, la única verdad es la realidad.
Desafíos políticos
Con el peronismo balcanizado luego de abandonar la Casa Gris tras 20 años de ejercer el poder y sin un jefe único que se erija con solidez y sin ser discutido, los peronistas que gobiernan, donde además de a la intendenta de Paraná podemos contar, con distinto grado de incidencia, a José Eduardo Lauritto (Concepción del Uruguay) o a Adrián Fuertes (Villaguay), adquieren, inevitablemente, una dimensión distinta.
En este escenario, Romero, que además preside la Liga de Intendentes del PJ, juega la interna peronista todavía sin definiciones excluyentes pero sí delineando los márgenes del futuro inmediato. Inmediatez que tendrá un primer paso en 2025, donde Entre Ríos elije diputados y senadores nacionales. En este escenario, Paraná, la principal ciudad de la provincia donde además el peronismo conservó para sí el poder reclamará lugares de protagonismo en las listas. Desafíos en el PJ provincial pero, primero, hacia el interior del peronismo local, siempre con internas que cuando no se saldan amigablemente terminan en traiciones.
Desafíos de gestión
Que la obra pública dinamiza la economía es una verdad que ya sirve de poco para explicar la realidad. La obra pública grande, la que financiaba la Nación, no existe más. Punto. De la que puede hacer la provincia, la va moderando en función de sus necesidades. Hay compromisos con la ciudad pero no para lo inmediato. Por ejemplo, están trabajando para que se termine el imprescindible Acceso Norte (al que solo le falta un 20% de ejecución) con fondos nacionales. En tanto, la ciudad está en la obligación de ir capeando el presente con obras urgentes, con el plan de bacheo integral o el programa para llevar la ciudad a tener 100% de luminarias LED en un par de años. También, terminar las obras inconclusas pero con gran grado de avance, como el saneamiento del Arroyo Las Viejas.
El Municipio diseñó un Banco de Tierras para facilitar el acceso a un terreno para construir viviendas. Además, se creó un programa de asistencia junto a clubes y ONGs. Ambas medidas para tratar de contener la situación social. Acciones de este tipo son las que busca imponer como sello de la gestión y como posibles en estos tiempos.
A ello se suma, inevitablemente, la necesidad de la ayuda social. Ayuda alimentaria que se distribuye muchas veces a través de las organizaciones sociales que aún mantienen terminales en las zonas calientes de necesidades en los barrios. Estas cuestiones, las de contención social a través del Estado municipal, siempre fueron una constante. Pero ahora, con la ausencia total de fondos provenientes de Nación, son otros de los tantos lugares que los gobiernos locales deben abordar.